Publicado: 14 de Enero de 2016
El organismo de cualquier ser vivo es una “máquina” casi perfecta. En el caso del aparato reproductor existen patologías que pueden presentarse de forma más frecuente de lo que pensamos.
En las clínicas veterinarias se ven muchas patologías, pero, entre las más frecuentes relacionadas con el aparato reproductor, están las siguientes:
· Ausencia de celo: los meses pasan, la perra crece y… ¡¡ni un celo!! Si han pasado 18 meses y no hemos observado ningún síntoma, debemos acudir al veterinario para que diagnostique la causa del impuberismo: así es como se denomina la ausencia de celo en nuestras perras.
· Celos largos: la perra sangra, sangra y no para de sangrar… lleva más de 21 días con pérdidas hemorrágicas; el veterinario debe valorar la situación y tomar cartas en el asunto.
· Pseudogestaciones o “embarazos psicológicos”: la perra no ha tenido contacto con ningún perro, pero parece que está preñada; engorda, sus mamas se hinchan y producen leche, adopta objetos (muñecos, zapatillas, el mando de la tele…). Esta situación podríamos denominarla como “un problema natural”. Sucede en algunas hembras en un período concreto de su ciclo: sus hormonas “se revolucionan más de lo normal” y provocan estos síntomas. Existen tratamientos farmacológicos muy eficaces, y otra gran opción para evitar este problema durante toda la vida:¡¡la esterilización!!
Jamás tengamos en cuenta el siguiente e inútil consejo para evitar este problema: “si se queda preñada, no le vuelve a pasar”… Sin comentarios.
· Quistes ováricos: los ovarios, en su ciclo natural, forman unas vesículas que rodean al óvulo antes de su salida. Por variadas razones, estas vesículas pueden mantenerse y alterar los ciclos hormonales. La existencia del problema se evidencia por irregularidades en los ciclos y se confirma mediante ecografía. Existen tratamientos y actuaciones quirúrgicas encaminadas a solucionar esta patología.
· Piómetra: es el acumulo de pus en el aparato reproductor de la hembra (trompas de Falopio y útero). Este problema suele aparecer al poco tiempo de finalizar el celo; se debe a una infección del aparato genital. Entre los síntomas que puede presentar el animal se encuentran la mayor ingestión de agua, una mayor eliminación de orina (número de veces y cantidad), decaimiento, flujo purulento por la vulva…
La solución suele ser siempre quirúrgica.
· Tumores mamarios: desgraciadamente son muy frecuentes; se evitan o previenen con una esterilización a temprana edad. Su aparición suele necesitar cirugía del tumor en concreto o de la cadena mamaria en su totalidad.
Tengan presente que todos estos problemas existen, que no son un cuento… Pueden afectar a su perra. Pero no se alarmen, evitarlos es muy, muy sencillo: ESTERILIZACIÓN. Consulte con su veterinario.