Publicado: 2 de Mayo de 2016
Las pulgas, las garrapatas y los mosquitos están empezando a hacer acto de presencia, ahora que al fin acabaron las lluvias y están subiendo las temperaturas. Un año más intentarán “hacer su agosto” en plena primavera.
Los parásitos son organismos que viven a costa de otro ser vivo, desarrollan su actividad en la superficie del desprotegido hospedador o en lo más profundo de su organismo. Los parásitos residentes en las zonas externas de tan curioso hábitat se llaman parásitos externos o ectoparásitos.
Los ectoparásitos de mayor (y peor) fama son las pulgas, las garrapatas y los mosquitos; estos tipos de seres aprovechados son los protagonistas de incesantes agresiones contra las estructuras de nuestros mejores amigos.
Una vez más, nosotros, los propietarios responsables, debemos aplicar los medios oportunos para evitar todo tipo de riesgos.
Recuento del daño
Es lógico, y muy humano, sentir un profundo rechazo hacia estos pequeños vampiros. Su fama viene avalada por cientos de años causando problemas a los animales y a las personas. Porque, no lo olvidemos, estos pequeños seres también pueden decidirse por nuestro “serrano” organismo, menos peludo, pero con el mismo e interesante contenido para su exquisito paladar: sangre. Este es su “plato favorito” y para conseguirlo necesitan clavar sus originales cubiertos.
Es fácil imaginar las lesiones que provocan en la piel de nuestros mejores amigos y la natural reacción del animal picado. nuestro animal de compañía se rasca, se muerde… y en muchas ocasiones llega a provocarse una lesión secundaria mucho más importante que la inicial picadura del infecto parásito.
Lo más grave es que este ser oportunista no sólo pica y provoca molestias de variada intensidad sino que puede transportar otros agentes infecciosos que inocula en nuestra mascota en el momento de su picadura para alimentarse.
Debemos tener esto muy presente: las enfermedades que las pulgas, las garrapatas y los mosquitos pueden transmitir a nuestros animales de compañía pueden ser muy graves.
Como colofón a esta pirámide de daños está la posibilidad de reacciones alérgicas; las picaduras, y más concretamente la saliva de las pulgas, pueden provocar en algunos animales sensibles una severa dermatitis; una inflamación de la piel perfectamente clasificada: dermatitis alérgica por picadura de pulgas (DAPP).
Las mejores armas
En la elección del armamento para luchar contra los parásitos externos solemos cometer varios errores: no pensamos en las necesidades reales de nuestro animal, no escuchamos la recomendación del profesional, suponemos que un solo producto es capaz de eliminar todo tipo de parásitos…
Para eliminar el problema será necesario aplicar varios productos, sobre el animal y sobre su entorno. Porque si tu perro tiene pulgas, tu casa tiene pulgas.
Para luchar contra estos diminutos seres debemos conocerlos, estudiarlos y eliminarlos. En nuestracolección de antiparasitarios puedes encontrar de variada efectividad y con múltiples indicaciones.
Prevención
A nuestro perro le resultará mas o menos molesto el collar, las múltiples pulverizaciones, ingerir una pastilla…
Pero a nuestro gato no le apetecerá lo mas mínimo que le echemos unas gotitas sobre su espalda ni que rociemos su cojín favorito con un producto de desagradable olor. Aunque es nuestra obligación poner estos medios y hacerlo ya. No esperemos a que “Toby” esté prácticamente oculto bajo una capa de aprovechados parásitos para aplicar uno u otro producto.
Debemos adelantarnos, debemos prevenir, los parásitos están a punto de llegar, no tienen buenas intenciones y solamente nosotros podemos evitar que un año más, ellos ganen la batalla.