Publicado: 25 de Febrero de 2016
Destructividad, nerviosismo, falta de control… son los temas más habituales dentro del “mal comportamiento” de los cachorros. Hoy rescatamos un post de Barkibu para ayudaros a identificar ciertas conductas de sus cachorros y a darles una explicación.
EXCESO DE ACTIVIDAD
A partir de las 2-3 semanas, el cachorro abre los ojos y el oído empieza a ser funcional. Conforme la vista y el oído del cachorro se van desarrollando, nuestro pequeño compañero siente una gran necesidad por explorar su entorno y todo lo que le rodea. Esto hace que cada vez dedique menos tiempo a dormir y más a estar activo (explorando, jugando, interactuando con su entorno). Los cachorros van adquiriendo una gran energía que muchas veces puede resultar agotador para el propietario.
Cuando pasan mucho tiempo solos, pueden mostrar conductas que a menudo se confunden con ansiedad por separación (ladrar, destruir…). Sin embargo, en muchas ocasiones se trata simplemente de aburrimiento, y el cachorro trata de entretenerse como puede (mordiendo, rascando…).
NECESIDAD DE EXPLORAR
Como comentábamos en el caso anterior, la actividad del cachorro va aumentando conforme crece. Siente curiosidad por todo cuanto le rodea. Por otro lado, desde la apertura de los ojos y oídos y hasta los 3-4 meses aproximadamente, la respuesta de miedo es inferior a la necesidad de explorar. Dicho de otra forma, los cachorros parecen no temer a nada, lo que les conduce a realizar cosas que desde nuestro punto de vista son auténticas temeridades. Esta relación entre la respuesta de miedo y las ganas de explorar se invierte a partir de los 4 meses de edad.
Por eso, cuando nuestro cachorro aún es joven debemos entender que pase mucho tiempo activo, explorando y haciendo cosas que a nosotros nos parecen auténticas “locuras”.
Una de las formas en que exploran los cachorros es usando la boca, de ahí que a edades tempranas sean auténticas máquinas de destrozar. También la salida de dientes y el posterior cambio de dentición hacen que los cachorros tiendan a morder todo cuanto pueden coger.
FALTA DE ATENCIÓN
Como ocurre con los niños, un cachorro no tiene la misma capacidad de atención que un adulto. Por eso, muchas veces cuando llamamos a nuestro cachorro o queremos que nos preste atención resulta tan complicado y cansino para el propietario. No es que el cachorro sea rebelde, sino que su capacidad de atención es tanto más reducida cuanto menos edad tiene. Debes tener paciencia y empezar con su educación lo antes posible, siempre poco a poco y usando estímulos positivos. Conforme crezca, será capaz de prestar más atención a lo que le dices.
CONDUCTA DE ELIMINACIÓN
El aprendizaje de dónde puede y dónde no hacer sus necesidades es de lo que más preocupa al propietario. Debes tener en cuenta que la capacidad de control de los esfínteres también va aumentando con la edad. Es decir, al principio son incapaces de aguantar el pipi y las ganas de defecar. Más tarde, son capaces de aguantar unas pocas horas (1-2), y conforme van creciendo y se les va enseñando correctamente, adquieren la capacidad de aguantar varias horas, hasta el momento del paseo. Por lo general, los perros no adquieren un control absoluto de sus esfínteres hasta aproximadamente los 5-6 meses. Has de saber que hay momentos más probables en los que el cachorro sienta a necesidad de hacer pipi y caca: después de jugar, de comer y de dormir. Por eso, un buen consejo es llevarlo a su zona o sacarlo de paseo justo después de estas actividades.
Como ves, los cachorros tienen un comportamiento peculiar asociado a su edad. Muchas conductas que nos parecen molestas son en realidad un comportamiento normal en cachorros durante esta fase. A medida que va creciendo, sus capacidades físicas y cognitivas se van desarrollando; y de la misma forma también el comportamiento va evolucionando y madurando. Para ayudar a nuestro cachorro en su evolución hacia la edad adulta, es importante comprender su comportamiento y por qué hace lo que hace.
La paciencia, el trabajo en positivo y dedicarle tiempo a diario son nuestras mejores herramientas para, por un lado, afrontar la fase de crecimiento de nuestro cachorro y, por otro, darle una educación apropiada y positiva para que vaya adquiriendo un comportamiento equilibrado y educado cuando llegue a la edad adulta.
Fuente:
BarkibuAutor:
Borja Ros Villanueva, veterinario y etólogo en
Adetcan.