Publicado: 6 de Abril de 2016
Los ojos son los órganos encargados de la visión. Cuentan con una estructura bastante compleja y se pueden ver afectados por un gran número de patologías. Cada estructura ocular alterada tendrá sus consecuencias y sus lesiones, pero las manifestaciones clínicas que presenta el perro, independientemente de la zona del ojo afectada, serán, en la mayoría de las ocasiones, muy parecidas. Síntomas como conjuntivitis, epífora, secreción ocular, fotofobia, picor, dolor, lagrimeo, irritación corneal y otros serán comunes a muchas afecciones oculares. En este artículo nos centraremos en el Entropión y Ectoprión.
Los párpados son pliegues situados delante del globo ocular, que continúan con la piel de la cara. Cumplen múltiples funciones, pero fundamentalmente protegen al ojo secretando parte de la película precorneal y distribuyen e impulsan la lágrima al sistema de drenaje lagrimal. En el párpado superior aparecen unos cilios llamados pestañas que no existen en el párpado inferior.
Dentro de las patologías que afectan a esta parte del ojo, las hay hereditarias, congénitas, inflamatorias, neoplásicas y traumáticas.
ENTROPIÓN
La inversión o enrollamiento hacia el interior del ojo de parte o de la totalidad de uno o de los dos párpados se denomina entropión. Su origen puede ser congénito o adquirido. El adquirido acostumbra a presentarse como consecuencia de un dolor ocular (espástico) o derivado de un traumatismo o una inflamación crónica (cicatricial). En algunas razas braquiocefálicas resulta frecuente encontrar un entropión medial que, además de irritación ocular, provoca oclusión del punto lagrimal inferior, lo que agrava la epífora. En otras razas puede aparecer un entropión-ectropión.
Los signos clínicos varían desde ausentes hasta graves en función del grado y tipo de entropión. En general, el entropión origina un problema irritativo que provoca epífora, quemosis, hiperemia conjuntival, presencia de exudados conjuntivales e incluso ulceración corneal. El dolor puede provocar un espasmo de los músculos palpebrales
que acentuará más el entropión. Como dato importante, debemos resaltar que muchos perros mayores presentan entropión debido a la pérdida de elasticidad de la piel, lo que, unido a la pérdida de grasa subcutánea, provoca un deslizamiento de la piel y del párpado superior hacia abajo.
El tratamiento en muchos de los casos será quirúrgico, consistente en corregir el defecto parpebral, que no debe realizarse antes de los seis meses, ya que hasta estas edades no se alcanza una relación párpado-órbita estable. Si el problema es lo suficientemente grave para no poder esperar ese tiempo, existen soluciones temporales hasta que se pueda efectuar la intervención que solucione el problema definitivamente.
ECTROPIÓN
Se trata del enrollamiento hacia el exterior de parte o de la totalidad de uno o de los dos párpados, aunque es más frecuente en el párpado inferior. Su origen en ocasiones es congénito, mientras que en otros casos puede ser adquirido. El ectropión adquirido se presentará como consecuencia de daños previos, cirugías del parpado, disminución del tono del músculo orbicular (senil), fatiga de los músculos faciales después del ejercicio en perros de caza o por parálisis de algún nervio craneal. Normalmente, no produce grandes problemas, salvo en los casos en los que el defecto anatómico sea muy pronunciado. Los animales afectados presentan una mayor superficie conjuntival expuesta al medio externo.
En otros casos, podrá exacerbar enfermedades como el "ojo seco", ya que el ectropión puede dificultar la distribución de la película lagrimal. Aparecerá epífora, conjuntivitis y queratitis en los casos graves, siendo necesaria la corrección quirúrgica. Aunque a veces pase inadvertido, ésta es la causa de muchas de las irritaciones y conjuntivitis de nuestros perros.
Fuente: El mundo del perro
Texto: José Enrique Zaldivar