Publicado: 14 de Junio de 2016
Los gatos persa son caseros, tranquilos y dormilones. A estos gatos de aspecto de peluche les encanta estar en casa, y son fáciles de educar, siempre con cariño y paciencia.
Si has tenido la oportunidad de juntarle con otro peludo habrás podido darte cuenta de que los gatos de esta raza no suelen tener problema de convivencia con otras mascotas en casa, pero sí que requieren mucha atención a diferencia de otras razas de gatos que son más independientes. Como se intuye, los gatos persa son muy reyes.
Historia
Este bonito ejemplar que vemos es el resultado de un cruce entre un gato asiático, más esbelto y con los ojos más pequeños, llamado gato francés o angora, y un gato originario de Persia mucho más rechoncho y con el pelo más largo y blanco. Con la mezcla de ambos se creó la raza de gato persa.
Hoy en día tenemos más de 100 variedades distintas con 50 tonalidades de pelo diferentes.
Necesidades
Tiene la cabeza redonda, con una nariz y unas orejas pequeñas. Al tener una nariz tan chata es muy frecuente que esta raza sufra bastantes “resfriados”, uno de sus puntos flacos.
Sus grandes y redondos ojos normalmente son de color anaranjado, aunque también podemos encontrarlos azules, verdes e incluso uno de cada color.
Debemos tener unos cuidados especiales con los ojos: es necesario limpiárselos diariamente con un producto adecuado para evitar que las legañas se le acumulen alrededor y les irriten.
El pelo de tu gato persa es largo, denso y fino. Por lo tanto, tenemos que cepillárselo a diario, así eliminamos gran cantidad de pelo muerto, le ahorramos los molestos enredos y le evitamos que se formen las famosas bolas de pelo que le hacen vomitar.
Además, en épocas de muda, el baño, junto con el cepillado diario, también servirá para ayudar a eliminar esos pelos muertos del subpelo y evitar así que estos se peguen por todos los lados de nuestra casa. La idea es acostumbrarles desde pequeños al agua para que lo vea algo rutinario y nada peligroso. Para que el baño sea perfecto tenemos que hablarle con voz tranquila, cepillarle antes y después del baño y utilizar un champú especial para su raza.
Su alimentación debe ser equilibrada y muy variado, sin exagerar las cantidades. Debido a su constitución, los gatos persas tienden a engordar con facilidad, lo que puede acarrearles problemas cardiacos. Su pienso tiene que ayudarle a digerir el pelo que ingiere para que elimine las bolas de pelo.
Carácter
Es un gatito con un carácter muy tranquilo, es muy dormilón, le encanta pasar el día durmiendo en el sofá, precisamente por eso no es una raza a la que le gusten mucho los niños, son demasiado ruidosos para ellos. Tampoco les gustan las fiestas con demasiada gente, ni el calor, es un gato “especial”.
Podrás educar a tu persa pues son fáciles de educar, aunque siempre con cariño y paciencia, si no es así, no conseguiremos nada puesto que también se muestran muy testarudos.