Publicado: 5 de Marzo de 2016
Al gato le pueden afectar un buen número de enfermedades producidas por virus, que en general son graves.
Afortunadamente, la mayoría cuentan con unas vacunas eficaces, por lo que se hace imprescindible que el gato sea vacunado. Esto debe hacerse siempre, aunque el gato no salga de casa, ya que a lo largo de su vida puede tener algún cambio que le ponga en riesgo.
PANLEUCOPENIA
Se trata de una enfermedad producida por un parvovirus, que tiene cierto parentesco con el del perro y que es capaz de sobrevivir en el ambiente durante meses, incluso años. Esta enfermedad, que afecta más a los gatitos pequeños y gatos jóvenes, produce fiebre, diarrea, vómitos y una disminución importante de los glóbulos blancos, también llamadosleucocitos. Por ello, se hace imprescindible una visita al veterinario y seguir sus indicaciones.
La vacuna contra la panleucopenia felina suele administrarse a partir de las 8-9 semanas de edad y sus efectos suelen durar un año. Por ello, debe revacunarse cada año.
RINOTRAQUEÍTIS
El virus que produce esta enfermedad pertenece al grupo de los herpesvirus, que produce hasta un 45-50 por ciento de las enfermedades respiratorias de los gatos.
Principalmente afecta a los individuos inmaduros que no estén vacunados y sus síntomas son fiebre, estornudos, mucosidad, conjuntivitis, lagrimeo e incluso úlceras en la córnea.
La rinotraqueítis también cuenta con una vacuna, que se administra hacia las 8-9 semanas de edad y cuyos efectos duran unos doce meses, de ahí la necesidad de revacunar anualmente.
CALICIVIROSIS
En esta ocasión el causante es un picornavirus, que produce unos síntomas muy parecidos al constipado humano, es decir, hay fiebre, estornudos, aumento de la salivación y, en algunos casos, úlceras en la boca y ampollas en la lengua. Por este motivo, recibe el sobrenombre de gripe felina.
Tiene mayor prevalencia en ambientes con mucha concentración de ejemplares, es decir, en criaderos, colonias asilvestradas e instalaciones de recogida de animales, pero el gato casero puede padecerla incluso aunque esté vacunado. Eso sí, cuando el gato está vacunado los síntomas son menos graves.
Como no hay tratamiento específico contra la calicivirosis, lo mejor es prevenir siguiendo los consejos del veterinario.
RABIA
Se trata de una de las enfermedades víricas más conocidas y cuyo control está bastante extendido en todos los países occidentales. Se transmite a través de la saliva, generalmente mediante la mordedura de un animal infectado.
Aunque un gato casero corre muy pocos riesgos de contraer la rabia, dada la importancia que tiene su control en la salud pública (afecta al ser humano), es recomendable que se le vacune una vez al año, si bien la normativa puede variar según la comunidad autónoma donde vivamos.
PERITONITIS INFECCIOSA
Otro coronavirus es el responsable de esta enfermedad, que afecta más a los ejemplarespoco maduros y a los muy mayores. También es proporcionalmente frecuente en criaderos, albergues y colonias de gatos.
Afecta a las membranas de las cavidades torácica y abdominal, de modo que si afecta a la pleura, produce pleuritis, y si afecta al peritoneo, produce peritonitis. Los síntomas son fiebre alta y anorexia, con el vientre distendido, es decir, con un tamaño muy aumentado.
Para esta enfermedad es primordial la vacunación, ya que no existe tratamiento curativo.
INMUNODEFICIENCIA
La produce un retrovirus de la familia de los lentivirus muy similar al virus de inmunodeficiencia humana, si bien no afecta al ser humano ni a otras especies de animales y sobrevive apenas unos minutos fuera del gato.
Como produce inmunosupresión, el gato afectado manifiesta un descenso en el número de leucocitos. Una de las cosas más llamativas de este virus es que se multiplica hasta las 8-12 semanas tras la infección y luego pasa a una fase asintomática.
Por ello, muchos gatos dan positivo en las pruebas de esta enfermedad, por lo que son gatos aparentemente sanos pero que pueden transmitir la enfermedad.
Eso sí, casi todos los gatos afectados desarrollan signos de enfermedad a partir de los 4-6 años.
En Europa no se comercializa ninguna vacuna contra la inmunodeficiencia felina y la eficacia de la vacuna que se comercializa en otras zonas no está contrastada. En cuanto al tratamiento, suele consistir en tratar los síntomas que vayan apareciendo, siempre relacionados con las enfermedades oportunistas, aquellas que se desarrollan porque el sistema inmunitario está débil.
Aun así, un gato que da positivo en las pruebas de esta enfermedad puede tener una vida larga y una gran calidad de vida.
LEUCEMIA
Esta enfermedad la produce un retrovirus del género gammarretrovirus y no solo afecta al gato doméstico, sino también al montés y al lince, entre otros.
Si a las vacunas disponibles se añade que es un virus con muy poca capacidad de supervivencia en el medio ambiente y al que le afecta cualquier desinfectante, se trata de una enfermedad muy fácil de controlar. Eso sí, no existe tratamiento contra el virus, sino que se tratan los síntomas de las enfermedades que vayan surgiendo.
Este virus se transmite a través de la saliva, las secreciones nasales, las heces y la leche. Asimismo, es más fácilmente transmisible en entornos con poca higiene, en los gatos jóvenes y en los lugares con mucha concentración de ejemplares.
Para su mejor control, también se recomienda desparasitar al gato contra las pulgas con el fin de reducir al mínimo la posibilidad de que se vea afectado por un parásito que produce anemia y que se llama Mycoplasma haemofelis. Asimismo, se desaconseja que tome carne cruda, en tanto puede ser vector transmisor de Toxoplasma gondii, que en los gatos inmunodeprimidos produce uveítis, convulsiones y ataxia.
Extraído de: Royal Canin